miércoles, 30 de noviembre de 2011
sábado, 26 de noviembre de 2011
El se sentaba en una esquina, mirando hacia fuera a través de la pequeña ventana y sin
decir nada.
Sus ojos estaban muertos. Sin vida. Como si hubiese visto el horror demasiadas veces.
—¿Estas bien? —le pregunté.
Él negó con la cabeza.
Quería abrazarle y confortarle, pero no estaba segura de si alguna cosa sobre la tierra podría hacerlo.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Somewhere in between.
Dicen que todo en esta vida es fugaz, pero, a veces, lo que comienza como un tirar puede conducir a algo serio. Un simple viaje a la playa es todo lo que se necesita para despejar nuestras mentes y abrirnos los ojos y escribir un nuevo fin para una vieja historia.
Están aquellos que se quemaron por el calor, que sólo quieren olvidar y empezar de cero. Mientras que hay otros que quieren que ese momento, dure para siempre pero todo el mundo puede estar de acuerdo en una cosa: el bronceado se pierde y las luces se oscurecen y todos acabamos hartos de la arena en nuestros zapatos. Pero el fin del verano es el principio de una nueva temporada, así que, terminamos mirando hacia el futuro.
Están aquellos que se quemaron por el calor, que sólo quieren olvidar y empezar de cero. Mientras que hay otros que quieren que ese momento, dure para siempre pero todo el mundo puede estar de acuerdo en una cosa: el bronceado se pierde y las luces se oscurecen y todos acabamos hartos de la arena en nuestros zapatos. Pero el fin del verano es el principio de una nueva temporada, así que, terminamos mirando hacia el futuro.
lunes, 14 de noviembre de 2011
Si, mi cabeza funciona asi.
¿Es rara, no?
La nostalgia...
Porque tener nostalgia en sí no es malo, eso es que te han pasado cosas buenas y las echas de menos.
Yo por ejemplo no tengo nostalgia de nada, porque nunca me ha pasado nada tan bueno como para poder echarlo de menos...y eso si que es una putada.
¿Se podrá tener nostalgia de algo que aún no ha pasado?
Porque a mi a veces me pasa.
Me pasa que me imagino como van a ser las cosas, con las relaciones por ejemplo, o la vida en general...
Y luego me da nostalgia cuando me acuerdo de lo bonitas que iban a ser, porque iban a ser preciosas...pero caigo en cuenta en que nada de eso ha pasado, y probablemente nunca suceda, como dije antes...una putada.
La nostalgia...
Porque tener nostalgia en sí no es malo, eso es que te han pasado cosas buenas y las echas de menos.
Yo por ejemplo no tengo nostalgia de nada, porque nunca me ha pasado nada tan bueno como para poder echarlo de menos...y eso si que es una putada.
¿Se podrá tener nostalgia de algo que aún no ha pasado?
Porque a mi a veces me pasa.
Me pasa que me imagino como van a ser las cosas, con las relaciones por ejemplo, o la vida en general...
Y luego me da nostalgia cuando me acuerdo de lo bonitas que iban a ser, porque iban a ser preciosas...pero caigo en cuenta en que nada de eso ha pasado, y probablemente nunca suceda, como dije antes...una putada.
viernes, 4 de noviembre de 2011
Los nueve monstruos.
Y desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de ser, dolernos doblemente.
Jamás, hombres humanos,
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
Jamás tanto cariño doloroso,
jamás tan cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal
y la migraña extrajo tanta frente de la frente!
Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
el corazón, en su cajón, dolor,
la lagartija, en su cajón, dolor.
Crece la desdicha, hermanos hombres,
más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece
con la res de Rousseau, con nuestras barbas;
crece el mal por razones que ignoramos
y es una inundación con propios líquidos,
con propio barro y propia nube sólida!
Invierte el sufrimiento posiciones, da función
en que el humor acuoso es vertical
al pavimento,
el ojo es visto y esta oreja oída,
y esta oreja da nueve campanadas a la hora
del rayo, y nueve carcajadas
a la hora del trigo, y nueve sones hembras
a la hora del llanto, y nueve cánticos
a la hora del hambre y nueve truenos
y nueve látigos, menos un grito.
El dolor nos agarra, hermanos hombres,
por detrás de perfil,
y nos aloca en los cinemas,
nos clava en los gramófonos,
nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente
a nuestros boletos, a nuestras cartas;
y es muy grave sufrir, puede uno orar…
Pues de resultas
del dolor, hay algunos
que nacen, otros crecen, otros mueren,
y otros que nacen y no mueren, otros
que sin haber nacido, mueren, y otros
que no nacen ni mueren (son los más)
Y también de resultas
del sufrimiento, estoy triste
hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,
de ver al pan, crucificado, al nabo,
ensangrentado,
llorando, a la cebolla,
al cereal, en general, harina,
a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,
al vino, un ecce-homo,
tan pálida a la nieve, al sol tan ardio!
¡Cómo, hermanos humanos,
no deciros que ya no puedo y
ya no puedo con tanto cajón,
tanto minuto, tanta
lagartija y tanta
inversión, tanto lejos y tanta sed de sed!
Señor Ministro de Salud; ¿qué hacer?
!Ah! desgraciadamente, hombres humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer.
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de ser, dolernos doblemente.
Jamás, hombres humanos,
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
Jamás tanto cariño doloroso,
jamás tan cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal
y la migraña extrajo tanta frente de la frente!
Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
el corazón, en su cajón, dolor,
la lagartija, en su cajón, dolor.
Crece la desdicha, hermanos hombres,
más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece
con la res de Rousseau, con nuestras barbas;
crece el mal por razones que ignoramos
y es una inundación con propios líquidos,
con propio barro y propia nube sólida!
Invierte el sufrimiento posiciones, da función
en que el humor acuoso es vertical
al pavimento,
el ojo es visto y esta oreja oída,
y esta oreja da nueve campanadas a la hora
del rayo, y nueve carcajadas
a la hora del trigo, y nueve sones hembras
a la hora del llanto, y nueve cánticos
a la hora del hambre y nueve truenos
y nueve látigos, menos un grito.
El dolor nos agarra, hermanos hombres,
por detrás de perfil,
y nos aloca en los cinemas,
nos clava en los gramófonos,
nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente
a nuestros boletos, a nuestras cartas;
y es muy grave sufrir, puede uno orar…
Pues de resultas
del dolor, hay algunos
que nacen, otros crecen, otros mueren,
y otros que nacen y no mueren, otros
que sin haber nacido, mueren, y otros
que no nacen ni mueren (son los más)
Y también de resultas
del sufrimiento, estoy triste
hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,
de ver al pan, crucificado, al nabo,
ensangrentado,
llorando, a la cebolla,
al cereal, en general, harina,
a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,
al vino, un ecce-homo,
tan pálida a la nieve, al sol tan ardio!
¡Cómo, hermanos humanos,
no deciros que ya no puedo y
ya no puedo con tanto cajón,
tanto minuto, tanta
lagartija y tanta
inversión, tanto lejos y tanta sed de sed!
Señor Ministro de Salud; ¿qué hacer?
!Ah! desgraciadamente, hombres humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer.
-César Vallejo.
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