sábado, 28 de enero de 2012

Una gota de esperanza, es todo lo que se necesita para comenzar. Pero cuanto detesto sonar esperanzada. Y no siempre he sido esto, yo soñaba, deseaba...por que tantas criticas ahora? soy solo el resultado de mis acciones y las de los demás, y lamentablemente hay heridas que nunca se curan, cuando dices estar bien es otra mentira, solo bloqueas o piensas menos en ello...te engañas, te mientes a ti mismo al punto de creerte la mentira.

lunes, 23 de enero de 2012

Llevo varias noches sin poder dormir realmente, las pesadillas no paran. Y no se quien soy, no se si soy yo misma o soy el resultado de semanas de medicación y drogas. El efecto se vuelve peor cada vez, anoche me desperté en medio de otra pesadilla, para ver que la alfombra roja de la habitación era ahora un mar de serpientes cascabel estirándose para matarme.
No eres mas que otra cosa de la que me arrepiento.

jueves, 5 de enero de 2012

...Y solo quería abrazarlo y llorar... Quería que me abrazara toda la noche y ver su rostro cuando las pesadillas me atacaran de nuevo, de alguna manera eso haría todo mucho mas soportable, pero aun así no dejaba de recordar lo ocurrido. Y me odiaba por mi egoísmo, no debería desear el calor y la paz de estar en sus brazos nunca mas...

domingo, 1 de enero de 2012

Sin sentido.

Me encontraba en el bosque, ese que solía recorrer desde que tenia memoria. No era un día muy diferente a cualquiera, solo que reinaba ese clima perfecto de las tardes de noviembre, la combinación ideal de viento frío y calor, y esos atardeceres memorables dignos de ser inmortalizados en un cuadro. Estaba sentada en la colina cerca la cabaña deshabitada en la que solía esconderme de niña, ahí donde pasaba horas deseando ser encontrada...sin embargo, al final del día me terminaba rindiendo al ver que nadie llegaba nunca, por mas que tratase mi madre nunca notaba mi ausencia, pero nunca decía nada, cada día me ahogaba en ese grito, se quedaba ahogado mas y mas adentro de mi garganta hasta convertirse en menos que un susurro, un anhelo, uno de tantos. Aquella tarde sentada ahí, anhelaba ser encontrada, pero esta vez sin duda alguna no se trataba de mi madre, me había entrenado para el hecho de no tener que necesitarla, ademas, no confiaba en ella. Ahora solo necesitaba a alguien, a el, sabia que era absurdo esperar tal cosa. Me limite a ahogar el grito de nuevo. Supongo que...supongo que nunca lo olvidare despues de todo.