Debo apurarme a decir esto, por que ya casi debo de salir. Voy a que me azoten con los látigos, sobre las heridas ya marcadas desde hace un tiempo. Eso de los finales no es tan fácil, no como la gente lo pinta. Ya sea las memorias se vean como manchas de sol y gotas de lluvia que se meten entre las pestañas (pero lo recuerdas, sabes que ahí esta y que no se va con nada). Todo cambia, pero nada se termina, quien mejor para saberlo que vos. Y es que ni la muerte es un final. Yo se la verdad.
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