Pues claro que lo obvio es obvio. Y es que no hay tiempo para preguntas tontas, ni miradas, todo se queda adentro, en el pensamiento, como un susurro, que se escucha y no se repite. Lo podrido esta podrido, se bota, se olvida, somos extraños, siempre lo fuimos, y no hay nada que se pueda hacer. Las tardes frias y lluviosas se repiten todas las semanas, mis pies estan mojados por la lluvia, y la mente se abre con cada gota que cae, los momentos me golpean como una rafaga de viento en la cara y se escucha un rayo a lo lejos. Algo que se, algo que sabes, algo que sabemos, algo que pasa y que esta a punto de acabar, las cosas deben tener un fin, esa es la ley divina, malditos aquellos que se atrevan a desafiar la naturaleza de las cosas.
http://www.youtube.com/watch?v=82n2b4Mk8Zc
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