viernes, 28 de febrero de 2014

Recuerdo cuando apenas te miré con ojos de amor, tú apenas sonreíste, y para mi era como si todas las estrellas estuvieran cayéndose. Y es que como bien se sabe, el corazón tiene razones que la razón no entiende. Y yo ahora solo se que no puedo desprenderme, peleo con los demonios a diario, esos que nadie entiende. A veces solo quisiera ser como una hoja que se cae, se dispersa por el aire, como algo que se fuga, se rompe y se va lejos dejando solamente su esencia.

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