martes, 28 de agosto de 2012

No te afanes, alma mía, por una vida inmortal.

Rebuscando entre cajones, en mi armario (donde escondo mis secretos). Encontré cosas enterradas, pastillas ya vencidas, y escritos nunca leídos, nunca tocados. Por que son de esos, si, de esos que son como los recuerdos, inmaculados, por que los recordás, pero no es algo que se pueda tocar. Como esas fotos de celular que ya no existen. Como todo ese tiempo que no se sabe a donde se fue. Y me da miedo morirme, por que me da miedo olvidar.

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