viernes, 5 de diciembre de 2014
domingo, 9 de noviembre de 2014
Amore in odium.
No me mira. Yo le observo todo el tiempo, no me pierdo ni uno de sus movimientos, pero él no me mira. Cuando le hablo me responde mirando al vacío, como si no soportase mis ojos. Eso me hace difícil ver los suyos, ver sus ojos negros y líquidos. Me asusta que no me mire, que sepa o suponga todo lo que siento, y que por eso mire al vacío cuando me habla. A veces camina hacia mí pero se detiene en el último momento, como si quisiera decirme algo pero se arrepintiese antes de hacerlo. Otras veces le hago reír. Gira la cabeza y sonríe mirando al suelo, pero nunca me mira directamente, como si le diera miedo que yo viese sus ojos negros y líquidos y me enamorase aún más de ellos, o como si le diese miedo ver mis ojos que le miran y corresponderme sin querer.
viernes, 10 de octubre de 2014
San José. No es la primera vez que siento esto. Tampoco será la ultima. Los veo a todos, pero mas allá de ver sus cuerpos y caras, veo su vida, se nota en sus ojos, ojos nuevos, ojos viejos...ojos viejos, que no me notaron, no sé si fue algo bueno o malo. Veo aquella chica, y quisiera ser ella, hoy no quiero ser yo, tal vez si hubiera sido ella, las cosas hubieran sido diferentes. Tal vez...vos y yo...
martes, 30 de septiembre de 2014
jueves, 25 de septiembre de 2014
miércoles, 20 de agosto de 2014
Yo que sé.
A menudo desnudamos a la tristeza de algunos privilegios con los que la alegría va siempre abrigada. No es necesario, por ejemplo, un motivo para estar contento, como si la alegría fuera el estado natural de las personas; sin embargo, la tristeza ha de estar siempre excusándose y justificándose a sí misma, como si estar triste fuera estado de emergencia. Sería muy cruel decir a alguien que está contento: "piensa que hay gente que está mejor que tú"; pero sí nos dicen que hay gente que está peor que nosotros para que nos animemos, como si eso no diera aún más pena.
Pero la tristeza es necesaria, imprescindible, ineludible, aunque sea sólo para el contraste. La tristeza es la mejor excusa para enterrar la nariz en un hombro o la mejilla en un pecho, para pedir un abrazo. La tristeza es la madre de la mejor literatura. La tristeza es condición indispensable para la felicidad.
Pero la tristeza es necesaria, imprescindible, ineludible, aunque sea sólo para el contraste. La tristeza es la mejor excusa para enterrar la nariz en un hombro o la mejilla en un pecho, para pedir un abrazo. La tristeza es la madre de la mejor literatura. La tristeza es condición indispensable para la felicidad.
domingo, 3 de agosto de 2014
miércoles, 30 de julio de 2014
El volvió a mis sueños, ya ha pasado bastante desde la ultima vez, esta vez el no me recuerda, pero yo a el nunca podría olvidarle, lo veo cruzando el puente y yo voy en dirección contraria. Mis pies se detienen inmediatamente, reconozco su cara, su cabello rubio, pero el avanza rápidamente y lo voy perdiendo de vista. Me quedo inmóvil sabiendo que esta podría ser la ultima vez, y por impulso voy en su dirección, casi de inmediato me recuerdo que el no sabe quien soy, que hago buscando desesperadamente a alguien que no me conoce?
jueves, 3 de julio de 2014
Treacherous
Y seguiremos poniendo atención y buscando detalles que no existen pero sin duda encontraremos. Viviremos repasando y ambos sabiendo que todo esto ya ha pasado antes, que sería mas fácil ignorarlo todo y que uno de los dos salga corriendo.
martes, 17 de junio de 2014
Tal vez no sea mucho, tal vez importe, tal vez no, lo único que sé es que no se nada.
Mi problema es que no puedo decir lo que quiero decir, pero necesito sacarlo de adentro. Libre. Un alma libre. Como hacés vos? Yo estoy atrapada, o tal vez no, tal vez estoy lo suficientemente acostumbrada para notar que no hay cadenas, a veces creo en el destino, a veces no. Es como si algunas cosas simplemente tuvieran sentido, mas allá de la lógica. Al mismo tiempo, acaso no estamos todos atrapados de alguna manera? carecemos de respuestas, y a veces todo son suposiciones.Vernos tal cual somos es lo único que debería importar.
domingo, 8 de junio de 2014
Mientras tanto.
Nunca seré suficiente, nunca nadie será suficiente. Vos me estás matando. Yo me estoy matando. Y solo espero, mientras tanto vos buscas otros cuerpos, otras cabezas, por que yo nunca seré suficiente, nunca lo seré.
jueves, 22 de mayo de 2014
jueves, 8 de mayo de 2014
lunes, 14 de abril de 2014
Como casi siempre, al descubrirse, el desnudo y la desnuda se asombran de sus desnudeces. Como casi siempre, éstas son mejores que las de la memoria. Por supuesto, son jóvenes. Él es el primero en quebrar el encantamiento y la inercia. Sus manos se ahuecan para buscar y encontrar los pechos de ella, que al mero contacto lucen, se renuevan. Entonces, acariciando persuasivamente entre índice y pulgar los extremos radiantes, él dice o piensa: No es que carezca de sentido de culpa, pero la verdad es que no me atormento. Las sensaciones llegan y se van, son aves migratorias, y cuando vuelven, si vuelven, ya no son las mismas. Se fueron frescas, espontáneas, recién nacidas, y regresan maduras, inevitablemente programadas. Entonces, ¿a qué ahogarse en el deber? El deber, al igual que el dolor (¿o será otra filial del dolor?), es un cepo. Esto hay que saberlo de una vez para siempre, si queremos que su gesto amargo, rencoroso, no nos sorprenda o nos frustre. Las colonizadoras manos de ella acarician la colonizada espalda de él, y empiezan a invadirlo, a abrazarlo, a tenerlo. Entonces ella dice o piensa: Todo eso lo sé. Y sin embargo, en mí hay una vocación de permanencia, que, por otra parte, nunca he visto cumplida. Es obvio que el futuro está lleno de amenazas, de riesgos, de inseguridades, pero yo creo (de creer en y de crear), para mi uso personal, un cielo despejado. De lo contrario, el goce se me gasta antes de tiempo. Vos te aferras al instante, ése es tu estilo. Mi instante, en cambio, quiere ser prólogo de otro, aunque lo más probable es que luego ese otro instante no comparezca. Algo o alguien puede matar mi futuro, pero quiero que sepas que mi futuro no es suicida.
Ahora la boca del hombre se ha detenido en la oreja de ella y opta por pensar o decir: ¿Sabes una cosa? Tu oreja no siempre está desnuda. Sólo lo está cuando vos lo estás. Me gusta tu oreja desnuda, tal vez como una consecuencia de que me gustás así, como estás ahora. Después de todo, tenes razón: el instante es mi estilo. Es allí que lo juego todo. No ahorro disfrutes para vivir de esa renta en la tercera edad. Beso tu oreja como si nunca hubiera besado otra oreja. Por eso tu oído escucha estas palabras que nunca escuchó antes. Ni dije o pensé antes. El amor no es repetición. Cada acto de amor es un ciclo en sí mismo, una órbita cerrada en su propio ritual. Es, cómo podría explicarte, un puño de vida. El amor no es repetición.La mujer mueve la cabeza hasta que sus labios rozan los de él y entonces dice o piensa: Ya lo ves, has repetido que no es repetición. Y eso quiere decir algo. Digamos que es y no es. Todo es verdad. A mí, por ejemplo, me gusta repetir el amor, aunque reconozco que cada fase tiene un final distinto, una bisagra original que la une con la fase que vendrá. La repetición está en el comienzo y es como un eco, un recordatorio de la piel. A mí siempre me enternece recordar tu piel, pero sobre todo que tu piel me recuerde tu piel. No tengas miedo, en el amor (al menos, en mi amor) la repetición no se vuelve rutina. El acto mecánico, físico, puede (o no) ser igual o semejante, pero tu cuerpo y mi cuerpo nunca son los mismos. El sexo que hoy vas a ofrecerme no es el mismo del sábado pasado ni será, estoy segura, el del próximo martes, y el surco mío que lo reciba tampoco es ni será el mismo. El amor es y no es repetición.
Él se aparta un poco para mejor unirse, o sea para que sus manos, y de a ratos sus labios, puedan ir recorriendo colinas y hondonadas, rincones y llanuras. La piel de ella alternativamente se eriza o se abandona, en tanto que allá arriba la boca se entreabre y los ojos comienzan a cerrarse. Entonces él piensa o dice: "¿Cómo voy a programar o a calcular el amor de mañana o pasado, si tengo aquí esta concreta recompensa (o castigo) que sos vos, hoy? No te engaño si en este momento te confieso que te quiero toda, cuerpo y alma y alrededores, pero ¿para qué voy a hacerle descuentos a este deleite pronosticando qué sentiré el martes o el jueves? Si aparto mi mirada de tu vientre húmedo y contemplo allá enfrente el muro blanco, o más allá, si trato de vislumbrar el tallado infinito, me encontraré inexorablemente con esa última viga que es la muerte, y ésta es, por definición, el no-amor. ¿Cómo no preferir mirarte a vos, que sos la vida o por lo menos una de sus más incitantes imitaciones?"
Hay un silencio cálido, inexpugnable, que envuelve los dos cuerpos. De pronto, el hombre decide apoyar su oído sobre el poderoso ombligo de la mujer. Es como si a través del omphalos, esa cicatriz genérica, esa boca muda, la mujer murmurara o vibrara en el oído del hombre: Quisiera tenerte siempre, pero me resigno a tenerte hoy. Quizá la diferencia resida en que mientras tu goce es explosivo, fulgurante, el mío, que acaso es más profundo, tiene ojeras de melancolía. No puedo evitar prever desde ahora, junto al buen azar de tenerte, el anticipo de la nostalgia que sentiré cuando no estés. Ya lo sé. Demasiado lo sé. Todo está claro. Todo estuvo claro desde el vamos. Pero que me resigne no incluye que te mienta. Y esto que yo, ombligo, dejo en vos, oído, es para que alguna vez te zumbe y al menos te preguntes qué será ese zumbido.
El veterano siente el otro cuerpo. No como antes, poro a poro. Pero lo siente. Ambos saben de memoria qué cuenca de ella se corresponde con qué altozano de él. Encajan uno en otra, otro en una, como si conformaran un paisaje clásico, de postal o museo. Sólo que antes eran paisajes del último Van Gogh y ahora son del primer Ruysdael. Él demora en encenderse y ella lo sabe, pero no se impacienta. El mensaje de la discoteca se filtra implacable por entre las persianas. La humedad de la madrugada los remite a otro otoños. Él sabe que aquí no vale rememorar la pasión como quien recorre un viejo códice. Pero esa misma distancia lo conmueve y percibe por fin que esa filtrada emoción es la legataria, la penúltima Thule, el corolario normal de la pasión antigua. Sólo entonces se siente crecer. Sólo entonces ella siente que él crece.
Ni el desnudo ni la desnuda oyen campanas. Eso pasaba antes, en las fábulas familiares de las abuelas o, más cándidamente, en alguna marchita película de Burgess Meedith. Éstos de ahora escuchan truenos lejanísimos, bocinas de ansiedad, ambulancias que aúllan, rock en ondas, y más confidencialmente, labios que disfrutan, comunión de salivas. La mujer se estira en toda la extensión de su piel sabrosa, abre brazos y piernas, tal como si se desperezara, pero más bien perezándose. Siente que la boca del hombre va ascendiendo a su boca y cuando por fin cada lengua se encuentra con su prójima, ambas proponen o resuelven o gimen: Qué importa si es o no repetición, qué importa si es prólogo o desenlace. Estamos. Somos. Una y uno. Dejemos que la muerte nos odie desde lejos. Desde muy lejos. Somos. Estamos. Tan cerca de vos que soy vos. Tan cerca de mí que sos yo. Una+uno=une. Se unen, pues. El mundo queda fuera, con sus culpas, sus deberes, sus ropas. El desnudo y la desnuda son únicos testigos del amor sin testigos. Uno sobre otra, o viceversa, la humedad de sus vientres es de ambos. Los cuerpos (esos futuros, inevitables proveedores de ceniza) borran de un placerazo sus condenas y también se reconocen y trabajan. Entonces ella piensa o grita: Vení, y él canta o piensa: Voy. Y así, poco a poco (y al final, mucho a mucho) se ensimisma y celebra, se alucina y consuma el va-i-vén.
Ahora la boca del hombre se ha detenido en la oreja de ella y opta por pensar o decir: ¿Sabes una cosa? Tu oreja no siempre está desnuda. Sólo lo está cuando vos lo estás. Me gusta tu oreja desnuda, tal vez como una consecuencia de que me gustás así, como estás ahora. Después de todo, tenes razón: el instante es mi estilo. Es allí que lo juego todo. No ahorro disfrutes para vivir de esa renta en la tercera edad. Beso tu oreja como si nunca hubiera besado otra oreja. Por eso tu oído escucha estas palabras que nunca escuchó antes. Ni dije o pensé antes. El amor no es repetición. Cada acto de amor es un ciclo en sí mismo, una órbita cerrada en su propio ritual. Es, cómo podría explicarte, un puño de vida. El amor no es repetición.La mujer mueve la cabeza hasta que sus labios rozan los de él y entonces dice o piensa: Ya lo ves, has repetido que no es repetición. Y eso quiere decir algo. Digamos que es y no es. Todo es verdad. A mí, por ejemplo, me gusta repetir el amor, aunque reconozco que cada fase tiene un final distinto, una bisagra original que la une con la fase que vendrá. La repetición está en el comienzo y es como un eco, un recordatorio de la piel. A mí siempre me enternece recordar tu piel, pero sobre todo que tu piel me recuerde tu piel. No tengas miedo, en el amor (al menos, en mi amor) la repetición no se vuelve rutina. El acto mecánico, físico, puede (o no) ser igual o semejante, pero tu cuerpo y mi cuerpo nunca son los mismos. El sexo que hoy vas a ofrecerme no es el mismo del sábado pasado ni será, estoy segura, el del próximo martes, y el surco mío que lo reciba tampoco es ni será el mismo. El amor es y no es repetición.
Él se aparta un poco para mejor unirse, o sea para que sus manos, y de a ratos sus labios, puedan ir recorriendo colinas y hondonadas, rincones y llanuras. La piel de ella alternativamente se eriza o se abandona, en tanto que allá arriba la boca se entreabre y los ojos comienzan a cerrarse. Entonces él piensa o dice: "¿Cómo voy a programar o a calcular el amor de mañana o pasado, si tengo aquí esta concreta recompensa (o castigo) que sos vos, hoy? No te engaño si en este momento te confieso que te quiero toda, cuerpo y alma y alrededores, pero ¿para qué voy a hacerle descuentos a este deleite pronosticando qué sentiré el martes o el jueves? Si aparto mi mirada de tu vientre húmedo y contemplo allá enfrente el muro blanco, o más allá, si trato de vislumbrar el tallado infinito, me encontraré inexorablemente con esa última viga que es la muerte, y ésta es, por definición, el no-amor. ¿Cómo no preferir mirarte a vos, que sos la vida o por lo menos una de sus más incitantes imitaciones?"
Hay un silencio cálido, inexpugnable, que envuelve los dos cuerpos. De pronto, el hombre decide apoyar su oído sobre el poderoso ombligo de la mujer. Es como si a través del omphalos, esa cicatriz genérica, esa boca muda, la mujer murmurara o vibrara en el oído del hombre: Quisiera tenerte siempre, pero me resigno a tenerte hoy. Quizá la diferencia resida en que mientras tu goce es explosivo, fulgurante, el mío, que acaso es más profundo, tiene ojeras de melancolía. No puedo evitar prever desde ahora, junto al buen azar de tenerte, el anticipo de la nostalgia que sentiré cuando no estés. Ya lo sé. Demasiado lo sé. Todo está claro. Todo estuvo claro desde el vamos. Pero que me resigne no incluye que te mienta. Y esto que yo, ombligo, dejo en vos, oído, es para que alguna vez te zumbe y al menos te preguntes qué será ese zumbido.
El veterano siente el otro cuerpo. No como antes, poro a poro. Pero lo siente. Ambos saben de memoria qué cuenca de ella se corresponde con qué altozano de él. Encajan uno en otra, otro en una, como si conformaran un paisaje clásico, de postal o museo. Sólo que antes eran paisajes del último Van Gogh y ahora son del primer Ruysdael. Él demora en encenderse y ella lo sabe, pero no se impacienta. El mensaje de la discoteca se filtra implacable por entre las persianas. La humedad de la madrugada los remite a otro otoños. Él sabe que aquí no vale rememorar la pasión como quien recorre un viejo códice. Pero esa misma distancia lo conmueve y percibe por fin que esa filtrada emoción es la legataria, la penúltima Thule, el corolario normal de la pasión antigua. Sólo entonces se siente crecer. Sólo entonces ella siente que él crece.
Ni el desnudo ni la desnuda oyen campanas. Eso pasaba antes, en las fábulas familiares de las abuelas o, más cándidamente, en alguna marchita película de Burgess Meedith. Éstos de ahora escuchan truenos lejanísimos, bocinas de ansiedad, ambulancias que aúllan, rock en ondas, y más confidencialmente, labios que disfrutan, comunión de salivas. La mujer se estira en toda la extensión de su piel sabrosa, abre brazos y piernas, tal como si se desperezara, pero más bien perezándose. Siente que la boca del hombre va ascendiendo a su boca y cuando por fin cada lengua se encuentra con su prójima, ambas proponen o resuelven o gimen: Qué importa si es o no repetición, qué importa si es prólogo o desenlace. Estamos. Somos. Una y uno. Dejemos que la muerte nos odie desde lejos. Desde muy lejos. Somos. Estamos. Tan cerca de vos que soy vos. Tan cerca de mí que sos yo. Una+uno=une. Se unen, pues. El mundo queda fuera, con sus culpas, sus deberes, sus ropas. El desnudo y la desnuda son únicos testigos del amor sin testigos. Uno sobre otra, o viceversa, la humedad de sus vientres es de ambos. Los cuerpos (esos futuros, inevitables proveedores de ceniza) borran de un placerazo sus condenas y también se reconocen y trabajan. Entonces ella piensa o grita: Vení, y él canta o piensa: Voy. Y así, poco a poco (y al final, mucho a mucho) se ensimisma y celebra, se alucina y consuma el va-i-vén.
domingo, 13 de abril de 2014
martes, 8 de abril de 2014
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miércoles, 2 de abril de 2014
sábado, 29 de marzo de 2014
“You’ve got to make your own life, one that you love, and you can’t be afraid of the time. Time is shiftable. There are moments of my life that I’d trade sixty years to have back again. That’s the truth. You know the truth when you find it. It’ll come to you like something you’ve known before rather than something you’re learning for the first time.”
viernes, 28 de marzo de 2014
jueves, 27 de marzo de 2014
lunes, 24 de marzo de 2014
Jesse: You know, I think that book that I wrote, in a way, was like building something. So that I wouldn't forget the... details of the time that we spent together. You know, like just a reminder that... that once we really did meet! You know, that this was real! That this happened!
Celine: I'm happy you're saying that, because... I mean, I always feel like a freak, because I'm never able to move on like... this! You know. People just have an affair, or even entire relationships... they break up and they forget! They move on like they would have changed brand of cereals! I feel I was never able to forget anyone I've been with. Because each person have... their own, specific qualities. You can never replace anyone. What is lost is lost. Each relationship, when it ends, really damages me. I never fully recover. That's why I'm very careful with getting involved, because... It hurts too much! Even getting laid! I actually don't do that... I will miss on the other person the most mundane things. Like I'm obsessed with little things. Maybe I'm crazy, but... when I was a little girl, my mom told me that I was always late to school. One day she followed me to see why. I was looking at chestnuts falling from the trees, rolling on the sidewalk, or... ants crossing the road, the way a leaf casts a shadow on a tree trunk... Little things. I think it's the same with people. I see in them little details, so specific to each of them, that move me, and that I miss, and... will always miss. You can never replace anyone, because everyone is made of such beautiful specific details. Like I remember the way, your beard has a bit of red in it. And how the sun was making it glow, that... that morning, right before you left. I remember that, and... I missed it! I'm really crazy, right?
Celine: I'm happy you're saying that, because... I mean, I always feel like a freak, because I'm never able to move on like... this! You know. People just have an affair, or even entire relationships... they break up and they forget! They move on like they would have changed brand of cereals! I feel I was never able to forget anyone I've been with. Because each person have... their own, specific qualities. You can never replace anyone. What is lost is lost. Each relationship, when it ends, really damages me. I never fully recover. That's why I'm very careful with getting involved, because... It hurts too much! Even getting laid! I actually don't do that... I will miss on the other person the most mundane things. Like I'm obsessed with little things. Maybe I'm crazy, but... when I was a little girl, my mom told me that I was always late to school. One day she followed me to see why. I was looking at chestnuts falling from the trees, rolling on the sidewalk, or... ants crossing the road, the way a leaf casts a shadow on a tree trunk... Little things. I think it's the same with people. I see in them little details, so specific to each of them, that move me, and that I miss, and... will always miss. You can never replace anyone, because everyone is made of such beautiful specific details. Like I remember the way, your beard has a bit of red in it. And how the sun was making it glow, that... that morning, right before you left. I remember that, and... I missed it! I'm really crazy, right?
jueves, 20 de marzo de 2014
jueves, 6 de marzo de 2014
La señal de hoy no se me va a olvidar, el agua de esta tarde apago ese fuego interno y doloroso que me atormentaba. Se que aun me falta mucho, se mas de lo que debería, soy consciente. Pero si hay algo que aun puedo hacer es mirar, mirar de cerca y entender una señal de esas fuerzas que nadie entiende completamente. Yo se que va a pasar, a su debido tiempo.
miércoles, 5 de marzo de 2014
martes, 4 de marzo de 2014
Sigo aquí.
Esperando yo no se que. Con una tormenta adentro que no se cuando se va a salir de control.
lunes, 3 de marzo de 2014
Aprender.
Creo ese es el problema. Tengo que cambiar eso, por que claramente no esta saliendo bien. Pero todo bien, tengo experiencia con eso de aprender sin que nadie me enseñe, y hasta cierto punto me atrevo a decir que me volví una experta en cambiarme -como un camaleón, todo por la supervivencia- lo que me da miedo de esto es borrarme a mi misma, mi esencia. Ahorita no estoy segura de muchas cosas, pero si estoy segura de una sola, algo tiene que cambiar. La música se apagó y yo paré en seco frente a una pared.
sábado, 1 de marzo de 2014
viernes, 28 de febrero de 2014
Recuerdo cuando apenas te miré con ojos de amor, tú apenas sonreíste, y para mi era como si todas las estrellas estuvieran cayéndose. Y es que como bien se sabe, el corazón tiene razones que la razón no entiende. Y yo ahora solo se que no puedo desprenderme, peleo con los demonios a diario, esos que nadie entiende. A veces solo quisiera ser como una hoja que se cae, se dispersa por el aire, como algo que se fuga, se rompe y se va lejos dejando solamente su esencia.
martes, 25 de febrero de 2014
lunes, 24 de febrero de 2014
jueves, 20 de febrero de 2014
Lo eterno, ése es el verdadero anhelo del corazón.
Tratando de unir las piezas de aquel sueño que no puedo olvidar, que no quiero olvidar tampoco, esa pequeña pausa en el tiempo mientras dormía. Ahora, solo puedo ver el techo y formar historias con el pensamiento, sabiendo que todo significa algo y que algunas cosas deben suceder, tarde muy tarde, o tan rápido como parpadear una vez. A veces me da miedo que pueda pasar, pero siempre trato de aceptar -el pasado, el presente y el futuro- no hay mucho que yo pueda hacer, tratar de mantener algo a la fuerza es quitarle su libertad.
viernes, 14 de febrero de 2014
Ganas.
De querer correr hasta llegar a otro planeta.
De ser masoquista.
De "esperarse" un poquito mas con la esperanza que todo "sea mejor" -el tiempo cambia mucho, pero no siempre como queremos-
De entender el universo, y poder desaparecer -por que nada tiene sentido, y ni eso podemos entender-
De tener la fuerza para no dejarme borrar.
De perdonar.
De no llorar.
De aceptar.
De poder amar -de verdad, como nadie suele hacer, por miedo, miedo no poder amar-
De ser amado de la misma manera -por que todos amamos en ese cierto idioma, que no es comprendido por todos-
De ser masoquista.
De "esperarse" un poquito mas con la esperanza que todo "sea mejor" -el tiempo cambia mucho, pero no siempre como queremos-
De entender el universo, y poder desaparecer -por que nada tiene sentido, y ni eso podemos entender-
De tener la fuerza para no dejarme borrar.
De perdonar.
De no llorar.
De aceptar.
De poder amar -de verdad, como nadie suele hacer, por miedo, miedo no poder amar-
De ser amado de la misma manera -por que todos amamos en ese cierto idioma, que no es comprendido por todos-
martes, 4 de febrero de 2014
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Esa perseverancia necia, de nunca acabar, pasan lo meses, pasan las miradas...los sentimientos y todo termina en lagrimas de las perdidas batallas. Esa lucha eterna de la vida, y de todo lo que esta en medio.
martes, 28 de enero de 2014
viernes, 10 de enero de 2014
“I knew I had fallen in love with Lolita forever; but I also knew she would not be forever Lolita.”
Yo sabia y podía ver la realidad de la situación (cada acción y cada conversación), creo que siempre he sido muy consciente de todo en realidad, hasta debo decir que soy demasiado consciente de todo para mi propio bien. La sorpresa es algo que se quedo hace 25 paradas de bus atrás, lo cual, no es sorprendente tampoco. Pero hay algo que no termino de entender, mis intenciones. Es como cruzar una calle con los ojos cerrados, caminar por caminar, aun sabiendo el peligro de la situación.
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