lunes, 30 de julio de 2012

19 August Déjà vu.

Desde que tengo memoria, y eso hace demasiado tiempo, no recuerdo un solo cumpleaños donde no halla llorado de frustración, enojo, rabia o de coraje. Todos mis cumpleaños significan una perdida, no me refiero simbolica, me refiero a perdida de esas que duelen, cuando se muere alguien, se muda alguien, o como en mi caso, deciden que yo soy la que debe tomar sus cosas e irse. Ya ha pasado algun tiempo desde aquel incidente, ese que me marco para siempre y que no cualquiera sabe de lo que hablo, esos acontecimientos que se quedan adentro, marcados, escarificados en la piel suave y blanca que una vez estuvo intacta. Y es que esas cosas no se olvidan tan facil, y mucho menos cualquiera entiende la gravedad de tal asunto, y yo yo sola he tratado de olvidar, pero es que olvidar no se puede, no eso, mucho menos por que me gusta quien soy ahora y lo soy gracias a ello, soy esa coleccion andante de melancolia, cicatrices y perfume caro. El tiempo ha pasado y algunas cosas no cambian y a este punto dudo que lo hagan. Hoy por ejemplo. Estoy en una cocina, no hay nadie en mi casa, y mi padre decidio que no podia salir con mis amigos. Odio mis cumpleaños. Odio este dia.

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