lunes, 16 de julio de 2012
Leones en el parque.
A veces estamos en el mismo sitio y justo a la misma hora. Y casi puedo oír su voz, casi puedo tocarla. Quiero creer que sabe que estoy. Pero solo eso te queda. Recuerdos borrosos de besos, caricias desesperadas, sudor y éxtasis delicioso. Aquel viernes en la tarde te esperaba, llegaste tarde (como siempre) me alegre de verte (como siempre) dijiste _Hola_ y nos pusimos en marcha, yo me quedaba atrás a ratos, queriendo sostener tu mano, al parecer nunca lo notaste. Nunca te dije la mitad de lo que quería, y se que vos tampoco lo hiciste. Solíamos tener esa costumbre enferma de jugar así el uno con el otro. Lastimarnos era un deporte en el que ambos nos llevábamos la medalla de oro. Aunque nunca lo dijeras, yo se que me amaste, y yo también te ame. Pero estamos demasiado fragmentados, demasiado enfermos, demasiado sucios.
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