Soy la Princesa de cabellos de fuego,
lucho contra dragones
y sueño con un pincel
que cambie lo que con mis ojos contemplo.
Yazco encerrada en una torre,
cautiva; sin salvación,
pues mi orgullo me impide llamar a un Príncipe
no necesito de su valor.
Soy la Princesa de mirada triste;
el Tiempo hizo mella en mí.
El grosor de estos barrotes me consume,
se apaga la llama de mi existir.
¿Y el Príncipe?
No le llamo.
¿Por qué?
No le necesito.
Soy la Princesa de candente alma,
yazco cautiva, sin esperanza.
Antes maté dragones y gané batallas,
y ahora se consume mi vida.
¿Por qué no le llamaste?
No le amo.
Pero ahora has muerto.
Poco importa.
Fui la Princesa de cabellos de fuego,
de mirada triste,
de candente alma.
No tuve Príncipe porque no le quise;
preferí morir sola a que viniera él y me liberara,
pues mi cuerpo perdería sus grilletes,
pero mis sentimientos
serían los esclavos de sus demandas.s.
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